En una noche festiva, mientras el Andador Morelia vibraba entre risas y luces, el Espíritu de la Navidad Picante se detuvo frente a un lugar lleno de sabor y energía: Red Hot.
Al entrar, lo envolvió el aroma de las alitas recién hechas, el sonido de los brindis y la alegría de las mesas compartidas. Con un toque de su magia, las salsas chispearon, las cervezas se enfriaron un poco más y todos levantaron su vaso para celebrar.
Desde entonces, cada visita a Red Hot guarda un poco de esa magia: el sabor que une, el fuego que alegra y el espíritu de una Navidad que se disfruta con los amigos.








